Cuando chico llegó a casa de mis padres un ejemplar de La Noche de los Tiempos, (o La Nuit des temps, como bien es su nombre original en francés), de René Barjavel. Callado oía los comentarios alusivos que en sobremesas hacía algunos adultos que lo habían leído.
Con el paso del tiempo, ese ejemplar terminó en mis manos y el verano pasado lo leí.
Esta es una novela de ciencia ficción, que llegó a ser uno de los más vendidos – o comúnmente conocido best seller -. Para que tengan una idea de su repercusión, solo en Argentina entre 1969 y 1975 vendió 60.000 ejemplares.
Dejemos de lado la clásica contienda entre literatura selecta y de masas. ¿Qué es lo que tiene esta historia que produjo tanto revuelo en los lectores, de los albores de los setenta?
Principalmente, que nos hallamos ante una obra literaria basada en la teoría que postula que previamente a la última glaciación que hubo en el hemisferio sur, hace más de 900.000 años, en la Antártida se gozaba de un clima tropical. Allí Barjavel sitúa a una civilización muy avanzada, en la que un científico pudo prever la hecatombe que les aquejaría y decidió crioconjelarse junto a una mujer – ambos de altísimo coeficiente intelectual – para así preservar la especie humana.
Ya en el siglo XX, unos científicos de un de las bases australes detectan una señal proveniente de las profundidades. Excavan un kilómetro bajo el hielo, y ciento siete metros sobre la superficie terrestre, para ver de qué se trata.
El hecho cobra resonancia mundial, interviene la ONU y la prensa internacional. Encuentran a esta pareja, descongelan a la chica y se produce el encuentro de dos mundos.
Etica científica, misterio, humanidad y curiosidad se entremezclan en este relato que más allá de la historia principal, presta para volar sobre qué habrá pasado hace miles de años aquí, en nuestro hogar; la tierra…. ¿La ciencia lo sabrá realmente?… ¿Nos dirán todo lo que se conoce sobre el tema?…
Una historia que vino a la luz mucho antes que Steven Spilberg y George Lucas hicieran de las suyas en la cinematografía mundial.
Recomiendo su lectura, y… merecería una versión cinematográfica.
Después de que la lean vean “Alien Vs. Depredador” y díganme si la secuencia inicial – 40 min. aprox. – del film no está “inspirada en este libro”.
Ariel