Cba., 18 de Junio de 2013

 

De Julio Argentino a María Eva

 

Hace Unos Días a esta parte, tuve en mis manos por primera vez el nuevo billete de cien pesos, en el que sale María Eva Duarte de Perón. Y más allá de los fanatismos que tanto daño le han hecho a este país, y del cual me aparto, puesto que no comulgo con ningún partido político existente hoy en día en la Argentina. Veo esto, como un paso importantísimo en la maduración política de nuestro país. Puesto que el período que va de la primera presidencia de Perón a la última dictadura que nos tocó padecer, está plagado de múltiples visiones que provocaron muchas polémicas y arruinaron más de una sobremesa familiar.

¿Y qué con todo esto? Que está bueno que se dejen de lado los orgullos y necedades; puesto que ya abandonamos hace un buen tiempo los pedestales de barro, en donde se endiosaba a los padres de la patria, y comenzamos a valorarlos por lo que eran: hombres y mujeres, que dieron todo de sí, en pro de un país mejor para la posteridad.

Y ver a alguno de nuestros próceres como humanos, sea San Martín, Belgrano o quien sea, es poner en un lado de la balanza sus aciertos, y en el otro sus errores, para con la Argentina toda. Es decir, no pensar que nuestra patria termina en la calle corrientes, (¿Viste?)…

Según el último censo, - si mal no recuerdo- el 70 % de los argentinos tenemos aunque sea un ancestro nativo de estas tierras, es decir que si ese hombre o mujer, ya fuere guaraní, comechigón, toba, mapuche, o de la etnia que fuere, no hubiese existido, simple y llanamente nosotros no estaríamos aquí.

¿Y qué con esto? Qué por honor y respeto a nuestros ancestros, no podemos tener en el billete de máxima catalogación que existe por estos lares, al mayor genocida que tuvieran “Las Provincias Unidas del Río de la Plata”, puesto que Julio Argentino Roca, - quien realizó importantes obras de gobierno- fue quien realizó la eufemista “Campaña del Desierto”…. Y que fue eso sino una despiadada y descarnada matanza de nativos, para robarle sus tierras y quedarse con ellas en pro de la civilización europeizante.

Qué Evita, esté en este billete, más allá de si usted ve en ella a la “abanderada de los humildes” o no, es poner en alto a una joven bastarda, que vino de muy abajo, y que cuando llegó a ser la esposa del presidente de la nación, no paró en luchar para que el pueblo tuviera más “Justicia Social” – ¿le suena el término?-, para que la mujer pueda votar, para que el pobre pudiese acceder a una vivienda digna, a aprender un oficio, para que los niños tengan brillo en su mirar y no estuviesen condenados a la marginalidad por el simple hecho de haber nacido pobres.

¿Si sus métodos fueron acertados o no?…. ¿Qué si tuvo errores?... Creo que eso se le puede perdonar, puesto que siendo buenos, su vida activa a nivel político va entre los 27 y los 33 años, edad en que pasó a la inmortalidad marcando un antes y un después en la historia mundial.

Lo que sí, este debe ser el puntapié inicial de una serie de cambios, estaría bueno que en lugar de Juan Manuel de Rosas – quien persiguió, asesinó y decapitó a buena parte de los argentinos de entonces por el simple hecho de que eran Unitarios -, estuvieran Alicia Moró de Justo, Leando N. Alem, o Ernesto Sábato… Si un gran escritor;

                           ¿Por qué circunscribirnos solamente a presidentes?

 

                                                          E. Ariel Rodríguez G.