El Mundo Perdido

Mucho antes de que El Mundo Perdido fuera el título de una secuela cinematográfico del Parque Jurásico de Steven Spilberg, Sir Arthur Conan Doyle – el afamado escritor inglés creador de Sherlock Holmes -  tituló de esta manera su aventura prehistórica.

Este clásico de la literatura inglesa - que data de 1911 - es pionero en su género, pues cuenta la odisea de un grupo de británicos expedicionarios que se internaron en el corazón del Amazonas, con el único fin de llegar a una escondida meseta en la cual aun se hallan con vida dinosaurios de variadas especies y salvajes hombres monos.

Relatada a la manera de crónica periodística, esta novela te atrapa desde un comienzo, pidiendo ser leída de un tirón.

Aquí se encontrarán con un Conan Doyle, lejos del deductivismo que caracteriza a su célebre detective, y más cercano al estilo de Robert Louis Stevenson – produciendo ricas descripciones, ambientaciones, y entretenidas situaciones de grupo. 

La única versión cinematográfica de esta historia fue realizada en el cine mudo allá en 1925, por la productora “First Nacional”, en una adaptación libre del guión. Dicho filme contó con la animación de Willis O'Brien y Marcel Delgado – los mismos que en el ’33 harían los efectos de King Kong– y lograron uno efectos especiales de avanzada para la época… pero esta novela bien merecería ser llevada a la pantalla grande, con todas las chances tecnológicas que hoy dispone el séptimo arte y siguiendo fielmente la historia original.

No importa tu edad, lo que importa son tus ganas de disfrutar una buena aventura, que bien retrata el encuentro de dos mundos acrónicos.

No te pierdas la oportunidad de sentirte entre pterodáctilos, iguanodontes, pantanos, selva y riesgo vital.

 

                          Ariel