Este es el nombre de la primera novela que leí de niño a mis once años. Estaba en cama con gripe y algo había que hacer para matar el tiempo, de esta simple manera a lo largo de un mes me introduje en el mundo de Julio Verne, de la mano de una colección infanto/juvenil.
Con el correr de los años me volvi ávido lector, y mi biblioteca personal iba cresciendo, pero un día noté algo extraño, me faltaba Dos Años de Vacaciones, alguien me lo había robado, sufrí mucho esa pérdida.
Pero con el paso de las décadas, y con mi cabello ya canoso paso frente a un kiosco de revistas y me lo encuentro, pero en versión original, de la Colección Hetzel, en la que publicaba Verne. Sin dudarlo me lo compré, de una. Y allí volví a disfrutar de esta aventura junto al niño que fui.
Qué se puede decir de esta historia sin quemarla: un grupo de niños y adolescentes franceses e ingleses, de una de las mejores escuelas europeas, irían a dar un paseo por el mar junto a los adultos responsables del viaje. Por cuestiones ajenas a ellos, la barca se desamarra en una noche de tormenta, y estando en la envarcación solamente el estudiantado y un niño afro que hacía las veces de grumete, cuando calma la tormenta se ven solos en alta mar, sin saber qué hacer. Con el correr de los días divisan una isla, y hacia allí rumbean. La misma estaba deshabitada y tienen que vivir en ella dos años hasta ser rescatados.
Allí, los niños se volverían preadolescentes y los adolescentes, jóvenes, tendrían que rebuscárselas para conseguir techo y comida, vivir y sobrevivir dignamente.
Este emocioanante libro te lo recomiendo, puesto que a esta altura de mi vida lo volví a disfrutar tanto como la primera vez.