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¿Qué Fue El Fascismo?
Este es el fruto de dos años de investigación sobre el Fascismo liderado por Benito Mussolini, en Italia. Espero que sea de el interés de ustedes.
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                   Benito Mussolini
Benito Mussolini

             ¿Qué Fue El Fascismo?


       Luego de dos años abocado al estudio que me había propuesto, principalmente traduciéndolo del italiano, llegué a esta versión lo “más objetibable” posible, Mussolini no fue un monstruo, ni fue un héroe, fue un hombre con aciertos y errores que juzgará la historia, ya que no se le permitió un juicio justo y legítimo, como en cualquier nación decente, por ejemplo considerando el caso de Sócrates, aproximadamente 600 años A.C. en Atenas, ó el de Saulo de Tarso conocido como San Pablo en el Imperio Romano, o el de Lula Da Silva actualmente en Brasil. 


Capítulo I


Se le llama Fascismo al movimiento político e ideológico de gobierno creado en Italia a principios del siglo XX, por Benito Mussolini, (1883-1945); entre el 23 de marzo de 1919 y el 28 de abril de 1945.

Mussolini fue en su vida primero periodista, luego político, y por último dictador de Italia. 

El Fascismo fue un movimiento nacionalista, autoritario y totalitario.  Buscaban ser revolucionarios y reaccionarios.  Este movimiento se definió a sí mismo como una alternativa "totalitaria" al capitalismo liberal, proveniente principalmente de los Estados Unidos de Norteamérica.  Ideológicamente era populista, defendía la propiedad privada y la división de la sociedad en clases.  Tuvo la influencia ideológica de la corriente de pensamiento de la Izquierda No Marxista, tal como el “sindicalismo revolucionario”, inspirado en la doctrina del pensador francés Georges Sorel. 

En su visión de estado, el individuo tenía libertad y disfrutaba de derechos sólo cuando estaba completamente insertado dentro del cuerpo social jerárquicamente ordenado del estado,- el llamado estado ético-. 

Cuando el partido fascista llegó al poder en Italia, el resto de Europa y el mundo, no lo vieron con desaprobación, especialmente por su postura contra el bolchevismo soviético y la subversión.  

Más adelante, durante el apogeo del régimen del Duce entre 1925 y 1935, y la mejora de la imagen de Italia en el mundo atrajo las expresiones de simpatía por Mussolini y su régimen de diferentes personalidades del pensamiento democrático: incluido Sir. Winston Churchill y Mahatma Gandhi.  

La palabra fascismo proviene de “Fasci di combattimento”,  fundada en 1919 por Benito Mussolini a sus 42 años de edad.  Etimológicamente, la  palabra fascio (del latín: fascis),  refiere al término “hecho” realizado en la antigüedad  como simbolo del poder legítimo; en este caso aludiendo al Movimiento Popular y Revolucionario,  como un símbolo de unión de la ciudadanía.  Fascio simbolizaba también el supremo poder del derecho vital, derecho de decidir la vida o la muerte, ejercido solamente por la máxima magistratura del Imperio Romano.  Por lo que, el Fascismo buscaba retomar la idea del mito Romano,  justificando así su política expansionista, y de una misión civilizadora para el pueblo italiano, heredero de Roma.  

Este concepto de Imperio fue un ideal que tenía el Duce, de tomar como ejemplo al Sacro Imperio Romano; lo que trajo la consecuencia lógica del surgimiento de teorías filosóficas que abogaban para que el fascismo sea un nuevo imperialismo espiritual y supernacional.

Las experiencias históricas más dispares: desde la antigua Esparta y el Imperio Romano, incluyendo sociedades como las célticas, nórdicas y germánicas influyeron en la visión del fascismo; como concepto amplio de Tradición: de una sociedad basada en los valores de la jerarquía, el militarismo y el misticismo.  


La Doctrina Fascista


Es necesario separar el fascismo "ideal", del fascismo "real".  En el ensayo “La Doctrina del Fascismo”, (1935) el movimiento es percibido como nacionalista, cuyo objetivo final es "una Italia más grande".  Vislumbran la necesidad de encontrar una solución a la lucha de clases y a las necesidades del Estado, a través de la obligación de cada ciudadano (prestamista del trabajo o capitalista) para contribuir a una armonía nacional en nombre de la producción (industrial, agrícola, de guerra, etc., una fuente de riqueza para toda la comunidad nacional y poder para el Estado).

La armonía interna del país se apoya con argumentos orgánicos y con la afirmación metafísica de que la Nación es más que la suma de los individuos que la habitan; la Nación es "un organismo que comprende la serie indefinida de generaciones de las cuales el individuo es un elemento transitorio".  Por esta razón, los italianos vivos estaban comprometidos por una obligación de gratitud hacia las generaciones que los precedieron y por la obligación de dejar un país mejor para las generaciones que vendrán. 

La base de la filosofía fascista es la preeminencia absoluta del Estado y en este sentido, el fascismo se erige como un movimiento político neohegeliano que aboga por un Estado Etico.  

El estado fascista se erige como totalitario;  toma todas las prerrogativas y derechos sobre sí mismo y penetra en las vidas de sus ciudadanos de una manera "totalitaria", buscando por esa vía el bienestar general de la nación itálica. 

La concepción fascista del hombre prevé la negación del llamado homo economicus, una visión que los ideólogos fascistas apoyan en el liberalismo común y el marxismo, para proponer una visión diferente.

"Hemos rechazado la teoría del hombre económico, la teoría liberal, y nos hemos planteado cada vez que hemos oído que el trabajo es una mercancía.  El hombre económico no existe, está el hombre integral que es político, que es económico, que es religioso, que es santo, que es un guerrero.”

(Benito Mussolini, Discurso del 

14 de noviembre de 1933, en 

"Todos los discursos - año 1933"). 


Entre los aspectos ideológicos del Fascismo que deben mencionarse, se encuentran los siguientes:


• El culto de la Antigua Roma Imperial.

• El culto a la juventud: el fascismo se consideraba ante todo una revolución generacional,- Mussolini fue el primer ministro más joven de la Italia unida-.

• El "principio del líder", prevé una concepción jerárquica y piramidal del mundo.  La obediencia es, por lo tanto exaltada.

• El corporativismo, entendido como sindicato-organicista y superador de la ideología de clases, del socialismo y del liberalismo.


Fundamentalmente, el fascismo rechaza la democracia; no se considera a sí mismo, un requisito temporal, sino un sistema político por derecho propio a todos los efectos: se erige como la "tercera vía" opuesta tanto a la derecha reaccionaria como a la izquierda marxista.

“Para mí todas estas terminologías de derecha, izquierda, conservadora, aristocracia o democracia son terminologías escolares vacías.  Se utilizan para distinguirnos a veces o para confundirnos, a menudo"

(Benito Mussolini, del discurso 

que pronunció en el Senado

 el 27 de noviembre de 1922).

 

Según el Duce: “Se puede definir a los regímenes democráticos como los que dan al pueblo, de tiempo en tiempo, la ilusión de la soberanía... La democracia es un régimen sin rey, pero que lo reemplaza por numerosos reyes, a veces más exclusivos, más tiránicos, más ruinosos que un rey – tirano...”  

(Benito Mussolini, La 

Doctrina del Fascismo 1930). 


"El fascismo es un método, no un fin; una autocracia en el camino hacia la democracia”.

(Benito Mussolini, de la entrevista

 al Sunday Pictorial de Londres,

 el 12 de noviembre de 1926).

  

En una frase del Duce:

"Nos permitimos ser aristocráticos y democráticos, conservadores y progresistas, reaccionarios y revolucionarios, legalistas e ilegalistas, dependiendo de las circunstancias de tiempo, lugar y medio ambiente.” 

El mal uso de las palabras “Fascio” y “Fascista” 

De manera incoherente y como un simple insulto, el término "fascista" se usa, en sentido inadecuado, con el significado de "inhumano, cruel u opresivo".  Así se tildó de "fascista" a regímenes como el de Augusto Pinochet en Chile -sin una base ideológica real que lo uniera a los principios del Duce-, o a regímenes de ideología opuesta – como son los casos del comunista chino y ruso-, y ni hablar de que se llegó a tildar de “Fascista” a la democracia estadounidense y a todo aquel argentino que pensase distinto a la ex presidenta Cristina Fernández.   En estos casos el término se transforma en un epíteto, como sinónimo de "abusivo"; analogía hecha al pasar de manera deliberada y escueta. 

Por su parte el lingüista norteamericano Noam Chomsky hace referencia a regímenes "subfascistas" para indicar regímenes militares apoyados por la C. I. A. y el Pentágono.

Los partidarios de izquierda, utilizan el término "fascista",- a veces-, para referirse a cualquier régimen autoritario de derecha;  un ejemplo de esto, cercano en el tiempo, fue el del ex presidente venezolano Hugo Chávez, quien describió al por entonces presidente español José María Aznar, como "un fascista". 

Volviendo a la doctrina del Duce; las teorías de Friedrich Nietzsche influyeron en el fascismo, a través de la interpretación teórica y práctica hecha por D'Annunzio, de Georges Sorel y del futurismo de Marinetti.  Nietzsche - filósofo del que Mussolini era seguidor, desde su juventud-, con su doctrina del superhombre dibujó el significado que se le daría a la revolución fascista. Si bien, cabe aclarar que Nietzsche postula la supremacía del individuo, del hombre, por sobre el estado, o comunidad. Por lo que se puede deducir que el Duce ha rescatado ideas secundarias del pensamiento nietzscheriano, y no la idea que acabamos de esbozar del pensador alemán. 


La ideología fascista sostiene que una nación es una comunidad que precisa de un liderazgo fuerte, con una marcada identidad colectiva y de la voluntad y la capacidad de ejercer la violencia,- de ser necesario-, para seguir su curso vital como tal.  

Esta corriete ideológica postula que la cultura es creada por la sociedad nacional como un colectivo en sí mismo; por cuanto rechaza el individualismo.  De esta manera, el fascismo niega la autonomía de los grupos culturales o étnicos que no se consideran parte de la nación fascista – pro itálica-, y que se negaban a trabajar en pro del crecimiento de una Italia unida y próspera.  Esto se aplicó empíricamente al pueblo judío de Italia.  

El pensamiento fascista apoyaba la idea de un estado con un único partido político y prohibía cualquier oposición al partido liderado por Mussolini. 

  El 19 de agosto de 1921, Benito Mussolini definió que era el Fascismo, con estas palabras: 

“El fascismo es una gran movilización de fuerzas materiales y morales. ¿Qué se propone?... gobernar la nación.  ¿Con qué programa? Con el programa necesario para garantizar la grandeza moral y material de los italianos.   Hablamos con franqueza: no importa si nuestro programa concreto no es antitético y es bastante convergente con el de los socialistas, por lo que concierne a la reorganización técnica, administrativa y política de nuestro país.  Sacudimos los valores morales y tradicionales que el socialismo descuida o desprecia, pero sobre todo el espíritu fascista rechaza todo lo que es una hipoteca arbitraria sobre un futuro misterioso.” 

La crisis económica posterior a la primera guerra mundial, trajo consigo gran desocupación y una inflación creciente.  A todo esto se le sumaba, la movilización del ejército, (millones de personas que volvían a la vida civil), los conflictos sociales y laborales en las fábricas del norte itálico, el avance del partido socialista devenido en el primer partido en las elecciones de 1919, crearon entre los años 1919-1922 la condición para un gran desenvolvimiento de la estructura estatal y de un creciente temor por parte de la población agraria e industrial a una revolución comunista en toda Italia, siguiendo el modelo de la revolución de octubre, dada en el Impero Ruso en 1917. 

Durante “La Paz Armada”, Italia se cacacterizó por una fuerte tensión social, sobre todo en lo referido a una serie de medidas políticas y contables que terminarían en la ocupación de fábricas, sobre todo en el centro y norte del país. 

Benito Mussolini, ex dirigente del Partito Socialista Italiano convertido ahora a las ideas del nacionalismo, veía las frustraciones de los ex combatientes.  Creó un Movimento Político que en sus inicios tenía fuertes inspiraciones socialistas y revolucionarias, pero poco a poco fue contradiciéndoce debido a la violencia de sus métodos empleados contra sus opositores.   

En este clima nace el Fascismo, oficialmente el 23 marzo de 1919 en Milán.  Aquel día en la plaza del Santo Sepulcro, en el interior del Palacio Castani – sede por aquel tiempo del Círculo para los Intereses Industriales, Commerciales y Agrícolas de la provincia de Milán –, era tan sólo un pequeño grupo de alrdedor de 120 ex combatientes, interventistas e intelectuales, que fundan El Fascismo Italiano de Combattimento.  Los objetivos de ese grupo fue esencialmente retornar a la valorización de la victoria sobre Austria y Ungría, y la reinvindicación de los derechos de los ex-combatientes, entros otros puntos.

Después del primer Congreso Nacional, realizado en octubre de ese mismo año en Florencia,  El Fascismo Italiano de Combattimento se presentó en las elecciones de Milán.  La fórmula estaba compuesta por Benito Mussolini y Filippo Tommaso Marinetti; obteniendo sólo 4.795 votos, sobre alrededor de 370.000 votantes.  

Hubo algunas ofensivas estatales a la protesta de los trabajadores, donde hubo numerosas víctimas tanto fascistas como socialistas, según lo relatado por Gaetano Salvemini.  Esto se produjo debido a la indiferencia de la fuerza policíaca, a la hora de reprimir al pueblo que reclamaba como podía, por más derechos y dignidad. Llegando incluso, a tomar fábricas. 

En el Congreso en 1921, en la ciudad de Roma, el 9 de noviembre nació el Partido Nacional Fascista.  

Debido a la creciente violencia que vivía Italia entre los años 1920- 1922, en éste año los Fascistas marcharon hacia Roma. 


















Capítulo II


Frente a las inalcanzables escuadras fascistas y después de su marcha sobre Roma, Vittorio Emanuele III de Savoia, queriendo evitar posteriores derramamientos de sangre y probablemente pensando poder frustar y controlar los eventos, ignoró los consejos del Presidente del Consejo del ministro Luigi Facta, de que firmara un decreto que proclamase el estado de sitio; y otorgó el puesto de Presidente del Consejo a Mussolini, que para esta época tenía en el Parlamento no más de 35 diputados,- elegidos en 1921-. 

Con ese nombramiento Benito Mussolini logra el apoyo del rey.  Con el paso del tiempo “se decía” que fue un “Golpe de Estado monárquico-fascista”.

Vittorio Emanuele mantuvo siempre el control oficial del ejército, y se vio envuelto en graves problemas; no enfrentó en Roma a Mussolini y sus fuerzas fascistas,- inferiores en número a las guarniciones del ejército en la capital-.   Debido a ello, la marcha sobre Roma no fue considerada un golpe de estado, ya que Mussolini obtuvo, de hecho, el pedido de formar un nuevo poder ejecutivo, con el apoyo del soberano,- lo que fue objeto de muchas críticas-.  

Según el propio Mussolini, llegaron a reunir a 300.000 personas que fueron la columna vertebral de la fuerza subversiva con la que, el 28 de octubre de 1922, el fascismo marchó sobre Roma, convenciendo al soberano Vittorio Emanuele III para que ceda las riendas del gobierno. 

Los primeros años de Mussolini como primer ministro, (1922-1925) se caracterizaron por ser un gobierno de coalición, compuesto de nacionalistas, liberales y populares, que no pusieron fin al delito; tenía cierta tendencia dictatorial.  En relación a la política interna, Mussolini favoreció la completa restauración de la autoridad estatal, y la supresión de la extrema izquierda con la introducción del Fasci di Combattimento dentro del ejército, -fundando en 1923 “La Milicia Voluntaria por la Seguridad Nacional”- y la progresiva identificación del partido con el estado. Cabe aclarar que el comunismo ruso tenía ansias expansionistas, y era un riesgo para el sistema de gobierno imperante en Italia, ya que el comunismo es un sistema cerrado en sí mismo, no iba a avalar otras ideologías para la administración del estado.   

Con respecto a la política económica y social el Duce generó varias acciones que favorecieron a la industria y al agro: privatizaciones, liberalización de los alquileres, desmantelamiento de los sindicatos.  

Para julio de 1923 se aprobó la ley Acerbo, una legalización electoral de tinte mayoritaria, que asignaba dos tercios de las bancas de la legislatura a la coalición que había obtenido alrededor del 25% de los sufragios.  De esta manera, el Duce se aseguraría la mayoría de las bancas en los próximos comicios.  Comenzó a aplicarse para las elecciones del 6 de abril de 1924, en donde los fascistas obtuvieron un extraordinario apoyo en los votos populares.

El asesinato del diputado socialista Giacomo Matteotti, que había pedido la anulación de las elecciones por la gran irregularidad que hubo en los comicios, provocó una momentánea crisis del gobierno de Mussolini.  Al parecer, el líder socialista Matteotti fue matado porque denunció ante la Cámara de Diputados, -en 1924- el haber ignorado los hechos de violencia realizados por los fascistas durante la campaña electoral y el día de la votación.  Con su asesinato se produjo un gran eco en la opinión pública.  Este hecho demostraba que la "normalización" de las tropas anunciadas por el Duce no estaba siendo resuelta, y que una oposición legal no era de su agrado. 

En contra de ese selecto grupo, el Partido Comunista que se hallaba aislado; propone una huelga general de todos los trabajadores itálicos.  Los aventiniani contemplaban romper la coalición fascista y provocar una intervención del rey; pero sus expectativas no llegaron a buen puerto ya que  Vittorio Emanuele III aprovechó la situación favoreciendo a la corona, que  buscaba una sobernía monárquica ahora libre de la presión parlamentaria, y avalando de hecho el accionar fascista.   

La respuesta a ello, por parte de la oposición, incapaz de cambiar la actitud del rey, fue un accionar antifascista en masa; el cual no fue suficiente debido a que la clase dirigente y la monarquía se hallaban influenciadas por el fascismo. 

A su vez, Benito Mussolini en un discurso dado el 3 de enero 1925 no asume la responsabilidad política sobre el asesinato de Matteotti y otros miembros de la oposición, dados en un marco caótico sin accionar policíaco alguno.  Luego, proclamó la dictadura, anulando el derecho civil de libre expresión,- entre otras cosas-, por último declaró la total y absoluta identificación del Partito Nazionale Fascista con el estado. 















Capítulo III



            Para que se implemente efectivamente un estado dictatorial, en el cual se incluyese formalmente sobre las organizaciones e instituciones estatales italianas derivadas del Partido Fascista, tuvo que ser necesario esperar la constitucionalización del Gran Consejo del Fascismo, que ocurrió el 9 de diciembre de 1928.  Después de ello, el fascismo permaneció formalmente subordinado a la monarquía de Saboya y fiel al Estatuto del Reino.   

Desde 1925 hasta mediados de la década de 1930, el fascismo sólo tuvo  una oposición clandestina y conspirativa, en gran parte impulsada por anarquistas como Errico Malatesta, y comunistas de la talla de Antonio Gramsci, entre otros.  Muchos de los cuales a causa de sus ideales sufrieron el exilio, el encarcelamiento o el confinamiento por su oposición al régimen.  

Unos meses después del estallido de la Guerra Civil Española, Italia se alió con los franquistas, también envió un cuerpo expedicionario llamado Cuerpo de Voluntarios e implementó un bloqueo naval para evitar el suministro de armas al Ejército Popular de la República Española.  

Por esta época salieron a la luz las deficiencias de la máquina de guerra italiana, desde el punto de vista tecnológico, su capacidad organizativa, estratégica y táctica.  

Italia rompió sus lazos con Francia y el Reino Unido; y se alinea con la Alemania nazi; lo que sería las simientes en 1936 del “Eje Berlín – Roma”, que incluiría al Imperio japonés, un año después.  

Para 1938, Musolini consintió en la anexión de Austria.  Todo esto lo llevó al Duce a implementar leyes raciales antisemitas,- siguiendo los lineamientos de Hitler, aunque no hay registos escritos de este pedido Nazi-, las cuales fueron promulgadas por el rey Vittorio Emanuele III, hecho sin precedentes en Italia.  Este conjunto de leyes y disposiciones reglamentarias fueron conocidas como Disposiciones para la Defensa de la Raza.  

Según testigos autorizados, entre los cuales se encontraba Galeazzo Ciano, todo este compendio antisemita fue redactado en gran parte por el propio Mussolini; como si esto fuera poco, el fascismo se declaró explícitamente antisemita. 

El intento de exterminio recién se produjo en 1943, - cuando Italia estaba ocupada por el ejército nazi-, para esa trágica etapa Itálica los judíos fueron expulsados de la vida pública, a menudo privados de trabajo y expuestos a diversas formas de hostigamiento.  

A comienzos de la Segunda Guerra Mundial, a pesar de las cláusulas del Pacto de Acero – el cual daba asistencia automática en caso de guerra -, en septiembre de 1939, Mussolini se declaró no beligerante.  

En marzo de 1940, Mussolini ordenó el inicio de las obras de fortificación a lo largo de la frontera alpina italiana, - oficialmente desde Ventimiglia a Fiume -, pero prácticamente a lo largo de toda la frontera del Tirol del Sur con Alemania, en donde se concentró más de la mitad del esfuerzo económico y logístico.  

Ya en junio de 1940, y en contra la voluntad de una gran parte de la Corte Itálica, los altos rangos de la Royal Navy y el Ejército y algunos de los principales líderes fascistas, el Duce entró en la guerra contra Francia e Inglaterra, confiando en la rápida victoria alemana.  Al parecer, a causa de la falta de preparación del ejército fascista y la incapacidad de sus comandantes provocaron grandes derrotas en todos los frentes, - como en la campaña griega de 1940 y la rápida pérdida del África oriental italiana en 1941-.   

Después de una serie de altibajos a finales de 1941 y 1942, la retirada de Rusia, así como las derrotas en Libia y Túnez (1943), causaron una desconexión entre el régimen y el pueblo; y el colapso de los aparatos militares que abrieron las puertas a la invasión de Sicilia. 

 






















Capítulo IV

  

El fascismo que defendía la necesidad de un estado fuerte y totalitario, proclamaba orden y respeto por la propiedad privada y luchaba contra el bolchevismo, aparecía como una alternativa política para la burguesía itálica.  

Por su parte, el agro y los industriales apoyaron al fascismo; si algunos no querían escuchar sobre la tierra de los campesinos y la base tributaria, los demás no aceptaban el control de los trabajadores sobre las fábricas.

Ya en el poder -1922-, el programa político de Mussolini sufrió una serie de ajustes con el objetivo de favorecer las reuniones con fuerzas conservadoras y reaccionarias, que casi de inmediato comenzaron a financiar el movimiento.  La política de reorganización del erario público se basó en: 


• La liberalización y la reducción del gasto público.  

• Una reforma educativa a instancias del filósofo Giovanni Gentile.  

• Dió pensiones y compensación a los veteranos y mutilados de la Gran Guerra.  

• Hizo obligatoria la jornada laboral de ocho horas para los trabajadores.  

 

Como dictador:


• Cerró todos los clubes y buscó sospechosos subversivos contra el régimen, desde un punto de vista político. 

• Disolvió todas las organizaciones subversivas. 

• Vigiló de cerca a los comunistas y antinacionalistas.

• Redujo los sindicatos a dos, uno para los trabajadores y otro para los empleadores. 

• Suprimió el derecho de huelga (para los trabajadores) y el cierre patronal (para los empleadores). 

• Llevó las disputas entre trabajadores y empleadores al arbitraje del Estado y las corporaciones. 


        El 24 de diciembre de 1925 se concentraron los Tres Poderes en Benito Mussolini, y se le declara jefe del gobierno, pero con la particularidad de que él no era responsable ante el Parlamento, sino solo para con el Rey. 

        El 31 de octubre de 1926 Mussolini sufrió un atentado por parte del periodista Anteo Zamboni.  Tras este hecho: 


• Se suprime la libertad de prensa para el antifascismo, los partidos y organizaciones antifascistas. 

• Se declara caducos los diputados de la Secesión Aventina. 

 

En Busca del Consenso y la Grandeza de Italia


La mayoría de los italianos, especialmente los de clase media alta, como así también los agrícolas - cercanos al Partido Popular-, encontraron una manera de vida cómoda con la nueva situación dada a partir de las políticas gubernamentales, en relación al caos que reinaba económicamente hablando, después de la Primera Guerra Mundial. 


A todo esto, Mussolini logró un importante acercamiento para con la Iglesia Católica, que culminó en el Concordato del 11 de febrero de 1929 con los llamados Pactos de Letrán, en los que se dió por terminada la antigua tensión en la relación existente entre el Estado Itálico y el Vaticano, el Duce declara al catolicismo como la religión oficial del estado itálico.  A su vez: 


• La Santa Sede reconoció al estado italiano. 

• El estado Itálico a su vez reconoció la soberanía de la Santa Sede sobre el Estado de la Ciudad del Vaticano.  

• La Iglesia Católica, recibió una indemnización por la pérdida de los Estados papales. 

• La intención política de Mussolini, consistió en ampliar fuertemente la aprobación al fascismo, puesto que la gran mayoría de los italianos de aquel entonces, profesaba la Fé católica.  


Ya en la década del ‘20 se exaltan las primeras políticas del estado fascista, en el campo de las obras públicas y la política social, con un amplio consenso: 


• Políticas fascistas a Favor de las familias de los estratos más pobres entre los ex combatientes de la Primera Guerra Mundial.

• Las colonias marinas de verano para combatir el bocio - enfermedad pandémica, por aquel entonces- .

• Los cimientos de las "nuevas ciudades".

• El trabajo del racionalismo italiano, rural o colonial que modificó la visibilidad internacional del régimen. E incluso el racionalismo italiano tuvo su influencia en olas culturales con gran apogeo entre los artistas de la época. 

• La propaganda se desarrolló tanto para resaltar los logros del régimen como para realzar la personalidad del Duce. 

• Entre los temas de propaganda, uno de los más repetidos fue la referencia a la Gran Guerra y el recordar la importancia en ella de la victoria italiana,- se realizaron numerosos monumentos a la Victoria Itálica-, resaltando el rol en ella, de las víctimas de la Guerra y de sus mártires. 

La Reforma del Código Penal,- llamado código Zanardelli-, promulgado en 1889.  El nuevo código,- llamado código Rocco-, por el Ministro de Justicia Alfredo Rocco, quien promovió la reforma.  Este fue redactado por el jurista Vincenzo Manzini, un seguidor del tecnicismo legal.  Aquí se teorizó la aplicación de los principios positivistas jurídicos al derecho penal, afirmando su primacía y autonomía con respecto a las ciencias sociales.  

El Código Rocco, promulgado en octubre de 1930, presentó innovaciones, entre las que se resaltan: 

• La reintroducción de la pena de muerte o pena capital, por delitos comunes,- que había sido abolida cuarenta años antes, con la entrada en vigor del código de Zanardelli-.  

• La prohibición de la analogía legal o derecho comparado, a la hora de analizar un caso jurídico. 

• La no retroactividad del derecho penal. 

• Cabe aclarar que en la Italia fascista, el derecho penal nunca asumió un carácter totalitario. 

La base liberal permitió que el código sobreviviera al fascismo, también en virtud de los hechos que ocurrieron en 1944, un año después del colapso del régimen.  Por lo que dicho código ha permanecido vigente hasta hoy en día. 


Ruralismo


La labor realizada por los campesinos itálicos fue valorizada y exaltada como la forma ideal de masculinidad por el gobierno fascista.  Con esta visión instaurada en la sociedad, el régimen fascista obtuvo un medio para que los jóvenes campesinos, que intentaron abandonar su pueblo natal y pretendían mudarse a la ciudad, se quedaran a trabajar el campo. Pues para el Duce en ellos pendía el futuro de la nación, basándose en el ideal de que toda la península fuese autosustentable alimenticiamente hablando.  De esta manera la juventud campesina italiana proyectaba su labor como un fin en pro de la comunidad y disfrutaba del contacto con la naturaleza, buscando una vida lejos de las perdiciones de las grandes urbes.




Relaciones con la Mafia


Durante el fascismo, la lucha contra la mafia estuvo en manos de Cesare Mori, recordado como el prefecto de hierro, quien tenía la potestad de tomar medidas rígidas para erradicar la mafia.  En este periodo fue detenido el Capo Vito Cascio Ferro.  Después de algunos arrestos de mafiosos; muchos capos de la mafia, incluso de la Cosa Nostra ya no se sentían seguros y eligieron dos maneras de salvarse: una parte emigró a los EE. UU., engrosando las filas de la Cosa Nostra en USA, mientras que otra se mantuvo al margen.  

  Por esa época, la mafia a menudo llevaba a cabo vendettas o golpeaba a personas que no tenían nada que ver con el mundo del hampa. 

Los métodos utilizados por la Policía Fascista para derrotar al fenómeno de la mafia provocaron cierta incertidumbre en la población, para con el Estado.  Sin embargo, Mori fue el primer detective italiano que demostró que la mafia puede ser derrotada de una sola vez.

Esta fue una lucha sin cuartel.  La mafia siguió mostrando signos de vida, incluso antes del desembarco aliado en julio de 1943.  


Relaciones con la Camorra 


Mussolini subestimó el fenómeno de la Camorra Napolitana, al punto de conceder la gracia a muchos de los Camorristas condenados en Viterbo, convencido de que en el nuevo orden fascista no constituirían un peligro.  

En 1921, los sindicatos de empleadores proliferaron para oponerse a los sindicatos de trabajadores. Y, por supuesto, para animarlos, necesitas equipos armados listos para todo, que no tuvieran nada que perder.  El primer sindicato de empleadores es el de los camareros, el cual nació con el apoyo de Guido Scaletti, un camorrista del área de Quartieri Spagnoli.  

Aquí el fascismo usó tácticas hábiles;  usó a los camorristas para reprimir la delincuencia, con el supuesto “acuerdo” de borrar sus crímenes y conseguir empleos legales.  Muchas personas se prestaron para este plan político.  El registro para el partido fascista se facilitó en cualquier caso, sin tener en cuenta los antecedentes penales de los camorristas en cuestión.  

Hasta 1935, los camorristas obtuvieron el contrato para las operaciones de carga y descarga en los barcos de una fábrica.  Un control que también permitía buenas ganancias con el contrabando, que pasaba por esa plataforma.   

En los comienzos este “acuerdo”, Fascista-Camorrista le sirvió al estado para establecerse.  Cientos de criminales, grandes y pequeños, fueron enviados a confinamiento.  El objetivo era doble: arrestar a los camorristas incómodos, reacios a tratar con la policía: dar a la opinión pública una demostración de una mano firme contra el crimen, vinculando a los delincuentes más suaves aún más con el régimen.  
















Capítulo V


La Política Económica Fascista


         La política económica del fascismo se basaba esencialmente en la autarquía; es decir que la nación buscaba volverse autosuficiente, con el fin de mantener su independencia económica incluso en tiempos de crisis; el gobierno de Mussolini impulsó la producción de productos propios como la lana y el queso.  Propuso aumentar los márgenes de acción, y por lo tanto de lucro, a las iniciativas privadas.  También se bajaron los impuestos a las empresas, privatizó algunos monopolios estatales,- como el de los seguros de vida y el servicio telefónico-, cuyos costos disminuyeron sustancialmente (aún siendo altos).   Recortó el gasto público-  pero en parte con el despido de los ferroviarios-.  

Se debe valorar el estado del bienestar imperante en toda la península itálica, fruto de las medidas de políticoeconómicas del Duce.  

Estas medidas dieron buenos frutos, con un aumento en la producción agrícola,- pese a que no pudieron alcanzar el objetivo de una completa autonomía alimentaria e industrial-.  El presupuesto estatal volvió a equilibrarse para 1925.  En 1940, en vísperas de la entrada en la guerra, los salarios de los empleados de la industria en general se redujeron en un 15% -en valores reales-, en comparación con 1922.  

El Duce redujo en 1937 las horas de trabajo semanales a tan solo 40 horas, con la proporcional reducción salarial determinada por la relevante crisis económica y laboral de la década de 1930.  

En casos especiales, estableció subsidios familiares.  En el sector de la seguridad social, el Fondo Nacional de Seguro Social (CNAS), establecido en 1919, se transformó en 1933 en el Instituto Nacional Fascista para la Seguridad Social (INFPS, el actual INPS) y se le dio trabajo a 6.000 empleados en 1937.  El derecho laboral contemplaba casos de enfermedad, maternidad y accidentes; todos los que estaban regulados y se aplicaban.  En 1939, la edad de jubilación se redujo a 55 para las mujeres y 60 para los hombres. 


El Cultivo del Trigo

 

El cultivo del trigo fue uno de los ejes principales de Mussolini promovido en 1925, que contempló el aumento del área cultivada y el uso de técnicas de cultivo más avanzadas, tales como la mecanización y difusión de nuevas variedades de trigo, como las semillas elegidas.  Esta política de estado logró un aumento del 50 por ciento en la producción de cereales y las importaciones cayeron un tercio.  La autosuficiencia se logró para 1933.


En los años subsiguientes el Duce se decidió llevar a cabo una segunda campaña, en la cual el porcentaje de tierra dedicada a cultivos valiosos no se vio afectado, por la asignación de ayudas estatales especialmente al sector del trigo.  La mecanización llevó a una reducción en la cantidad de ganado criado, tanto que el régimen posteriormente tuvo que dar apoyo estatal también a la cría de animales.


Obras públicas 

 

Las obras públicas más relevantes construidas por el gobierno de Mussolini fueron: la autopista Firenze-Mare y la autopista de los lagos, así como varias obras de recuperación, especialmente en el sur de Italia, para un total de 5.886.796 hectáreas tratadas, entre 1923 y 1938.  Se establecieron nuevas conexiones ferroviarias, como la línea directa Bolonia-Florencia, la línea Roma-Nápoles a través de Formia de 1927 y la línea Roma-Civitacastellana-Viterbo. 


En 1931 comenzaron las operaciones de recuperación hidráulica del Agro Pontino, que dieron trabajo a miles de hombres de las colinas de Lippi y campesinos pobres del centro-norte, las que fueron concluidas en tres años, trabajando juntos.  3.000 granjas fueron construidas en la nueva llanura para ser destinadas, en gran parte, a los campesinos que trabajaron en la recuperación (O. N. C.).  Otros reclamos impresionantes tuvieron lugar en el valle del Po, en la localidad de Le Matine,- en el área de Metaponto-, en Maremma y en la zona de Piana Reatina en donde dos represas fueron construidas, una de las cuales era la más alta de Europa con más de 100 metros.  Estas obras siguen funcionando actualmente y formando las cuencas artificiales de Salto y Turano en la provincia de Rieti.


Reforma Educativa

 

Una de las primeras medidas del gobierno del Duce fue la radical reforma educativa llevada a cabo por el ministro Giovanni Gentile en 1923: la cual incluía una educación tradicional y un examen cuando concluía el ciclo lectivo, de esta manera puso el nivel educativo de las escuelas públicas y privadas en paridad, elevando el de los colegios estatales.  


Los objetivos fundamentales de esta reforma eran: 


• La elevación de la escolarización obligatoria a la edad de 14 años.

• La preeminencia absoluta de las enseñanzas clásicas. 

• La apertura de escuelas técnicas,- para todos los que no habían podido acceder a los niveles de educación superior-.







Política exterior

 

El objetivo declarado de la política exterior fascista, según propias palabras de Mussolini, era garantizar "para un pueblo de cuarenta millones de individuos" un lugar prominente en la escena mundial.  Esto significó anexar territorios coloniales a Italia donde "exportan" su excedente demográfico a través de la explotación de colonias. 


• En política exterior, el régimen buscó ponderar a Italia, con varias intervenciones militares.  

• Después de la crisis de Corfú de 1923, Mussolini no se desvió durante mucho tiempo del objetivo de mantener el status quo en Europa, siguiendo una política prudente y libre de militares.  

• Italia mantuvo buenas relaciones con Francia y el Reino Unido. 

• Colaboró en el regreso de Alemania al sistema de potencias europeas incluso dentro de los límites del Tratado de Versalles (1919). 

• Buscó extender su influencia a los países derivados de la disolución del Imperio Austro-Húngaro (Austria y Hungría), y en los Balcanes, (Albania y Grecia) en posición anti-yugoslava. 

• Italia fue el segundo país del mundo, después de Gran Bretaña, en establecer relaciones diplomáticas con la Unión Soviética en 1924. 

Al mismo tiempo, la política a corto plazo preveía, en la medida de lo posible, la revisión de los tratados firmados por Italia entre 1918 y 1922 que habían quedados "truncos" con la victoria en la Segunda Guerra Mundial y que llevaron a Italia a adquirir Fiume en 1924 y garantizar a Zara.  A pesar de renunciar al resto de Dalmacia.  

La política del gobierno de Mussolini también se dirigió hacia la creación de un imperio colonial, como una "vista trasera" y una reserva demográfica, industrial, agrícola y de materias primas en caso de un nuevo conflicto generalizado en Europa.  Este imperio solo podía ser buscado en Etiopía, uno de los pocos territorios africanos aún independientes.  La Guerra en Etiopía, largamente demorada por Mussolini precisamente para encontrar con los ingleses y franceses un acuerdo diplomático que desmembrara el imperio de Haile Selassie, sin recurrir a la invasión, condujo a la ruptura de las relaciones cordiales hasta ahora entretejidas con los antiguos aliados.   Italia sufrió sanciones económicas y sus relaciones con sus antiguos aliados -La Liga de las Naciones -, se rompieron definitivamente.  

 

La crisis interna del régimen en los años previos al estallido de la Segunda Guerra Mundial, empujó a Mussolini a una política de doble agente (alianza declarada con Alemania, pero con negociaciones clandestinas con Gran Bretaña).   

Luego Italia entró en la 2a Guerra, formando parte del “Eje” Berlín –Roma –Tokio.  Durante la primera etapa del conflicto bélico, la política exterior fascista se vio sustancialmente destinada a fracasar, tras los numerosos reveses militares sufridos por las fuerzas armadas italianas en casi todos los frentes.  Esto fue dejando cada vez más sola a Italia.  

Desde 1943, Mussolini trató constantemente de convencer a Hitler de la necesidad de un acuerdo con la Unión Soviética, y concentrar sus fuerzas contra los angloamericanos, mientras que, sin embargo, los contactos entre el Duce y el primer ministro británico Winston Churchill continuaron en secreto. 

Ya con la caída del fascismo, la tregua de Cassibile y el nacimiento de la R. S. E., se eliminó casi por completo la política exterior autónoma que venía del antiguo régimen del Duce, a excepción de la presión sobre Hitler para un asentamiento ruso-alemán y los contactos esporádicos entre Mussolini y Churchill.

La crisis austríaca de 1934  

El primer choque del Duce para con el Führer fue por la primera crisis austríaca de 1934, en la cual Hitler intento anexar Austria al Tercer Reich, después de haber mandado a asesinar al canciller austríaco Engelbert Dollfuss,- un amigo personal de Mussolini-.  A partir de allí, Italia desplegó sus tropas amenazando con una acción militar en defensa de su aliado austríaco, contra Alemania.  Ante esta crisis, sin embargo, Francia y Gran Bretaña permanecieron inactivos.  

Para contrarrestar las ambiciones de Hitler en la primera república austríaca, en abril de 1935, Mussolini invitó a los gobiernos francés y británico a la conferencia de Stresa, cuyo resultado fue un fracaso sustancial, resolviéndose en declaraciones generales contra las intenciones revisionistas de Alemania, y generando en Mussolini la convicción de haber recibido la aprobación implícita franco-británica hacia la conquista italiana de Etiopía. 

El posterior acuerdo naval anglo-alemán, firmado en junio del mismo año sin que el gobierno de Londres informara a los aliados franceses e italianos, le pareció a Mussolini como un acto adicional de hipocresía por parte de los británicos, quienes esencialmente reconocieron que Alemania ya no estaba sujeta a las restricciones militares impuestas por el Tratado de Versalles de 1919; en el cual el que pierde, paga, y Alemania luego de su derrota de la primera guerra mundial, debía pagar las costas de la reconstrucción de Europa.

La intervención Itálica en la “Guerra Civil Española”

El 18 de julio de 1936 estalló la Guerra Civil Española, y el gobierno de Mussolini inicialmente siguió los eventos de la política interna española con un interés moderado.  

El Duce decidió una intervención militar a favor de los franquistas; Italia participó en la Guerra Civil enviando a un contingente de unos 50.000 hombres del Cuerpo de Voluntarios, y un contingente de la Real Fuerza Aérea llamado la Aviación Legionaria.

La Guerra en Etiopia

   El objetivo Faccista por el cual el Duce decidió la conquista del Imperio Etíope, fue la consecuencia de la decisión de Mussolini de proporcionar a Italia de una gran retaguardia colonial donde recurrir a materias primas, alimentos, hombres y también una salida para la emigración ante un posible ataque vecino.  La Alemania nazi había colocado a Mussolini ante la posibilidad de un aislamiento de Italia - en caso de guerra con los alemanes-, por el mantenimiento del status quo en Europa. 

Esto había convencido al Duce de que Italia sólo podía hacer una política autónoma con la condición de obtener una autosuficiencia alimentaria, industrial y demográfica, y que el único territorio metropolitano y las colonias adquiridas hasta el momento no se lo podían garantizar.  

La guerra se realizó con un impresionante despliegue de fuerzas y se ganó con relativa facilidad.  Desde el punto de vista propagandístico, fue el mayor éxito del régimen fascista: logró atraer intelectuales e incluso antifascistas alrededor del leitmotiv del lugar en el sol, de la liberación de la esclavitud Abisinia y del renacimiento del Imperio Romano. 

Como resultado de la guerra contra Etiopía, Italia sufrió la condena de la Liga de las Naciones, que condujo a un bloqueo comercial del mar Mediterráneo y a sanciones económicas llevadas a cabo por 52 naciones -incluidas todas las potencias coloniales europeas-.  Esto fomentó el acercamiento económico y político de Italia con la Alemania nazi – aunque ésta había suministrado a Etiopía armas anti-italianas hasta poco antes del conflicto-, que ya había dejado la Sociedad de Naciones y se había opuesto al tratado de Versalles de 1919.

Más tarde, el Imperio en África Oriental fue administrado con un puño de hierro contra las bandas rebeldes y leales al antiguo gobierno de Negus, y preparó una forma de desarrollo separado entre los pueblos indígenas y los nuevos colonos italianos.  

Decenas de miles de esclavos también fueron liberados y se realizaron en ese país africano varias obras: 

• Construcción de carreteras, escuelas, hospitales y ferrocarriles.

• Las locomotoras" Litoral ", las cuales todavía están en uso en Etiopía hasta la actualidad. 

• Bajo el mando del Duce, la actual Addis Abeba,- capital de Etiopía-, que era un pueblo antes de la conquista Itálica, se construyó prácticamente toda. 

A todo esto, en los diversos intentos que tuvo Mussolini por encontrar un nuevo entendimiento con Gran Bretaña, Italia propuso resolver el llamado "problema judío" entre Europa y Palestina, ofreciendo a los sionistas un plan embrionario para colonizar territorios en Etiopía, en donde ya habitaban judíos desde hacía siglos.  Esto se daría con las poblaciones Israelitas Abisinias, las Falashas, y con la creación de un estado federado al Imperio italiano en AOI.  El plan no pudo ser puesto en práctica.


La Ocupación de Albania

  La política fascista para con el Reino de Albania; fue la de invadir dicho país mediante el envío de un contingente militar: “el Cuerpo Expedicionario de Tirana”, el cual aterrizó en las ciudades de San Giovanni di Medua, Saranda, Vlora y Durres.

Después de la conquista del reino, se estableció un gobierno que respondía al Duce, con una nueva Constitución, aprobada el 12 de abril de 1939 en Tirana, de esta manera se transformó el reino europeo en el Protectorado italiano del Reino de Albania, cuyas instalaciones se ubicaron junto con la campiña albanesa.  El 16 de abril del mismo año, el rey de Italia, Vittorio Emanuele III, tomó el trono de Albania.

 







Capítulo VI


La Segunda Guerra Mundial


Después del estallido de la Segunda Guerra Mundial, Benito Mussolini  inicialmente declaró a Italia como estado no beligerante.   

Más adelante, impresionado con las victorias alemanas en el campo de batalla, y viéndose venir la inminente caída de Francia, el Duce se convenció de formar parte del “Eje”; y en su discurso dado en Roma el 10 de junio de 1940 anunció la entrada de Italia en la guerra contra Francia e Inglaterra.

Pese a ello, los eventos tuvieron una evolución poco favorable en Italia, y con el desembarco en Sicilia en 1943 se desencadenaron una serie de eventos y consecuencias que llevaron a la caída del fascismo.  

...

En su fase final, el fascismo objetó las elecciones típicas del modelo de los regímenes democráticos liberales; creando una democracia orgánica, que luego se aplicaría parcialmente en la España franquista y en Portugal.

El régimen liderado por el Duce, paulatinamente, eliminó algunas leyes que no iban con su modelo de nación,- las libertades individuales, la asociación, la prensa, la libre expresión, etc.-, y  creó las llamadas leyes "fascistas", de carácter totalitario:


• Ley del 24 de diciembre de 1925: el poder ejecutivo pasa completamente a manos de Mussolini, que ya no tenía que responder ante el parlamento, sino que era responsable ante el rey;- eliminando de hecho la monarquía parlamentaria-. 

• Ley 31 de enero de 1926: se otorga al poder ejecutivo la facultad de emitir normas jurídicas;

• Ley 5 de noviembre de 1926: se crea el "Tribunal Especial" para los opositores al régimen y se restablece la “pena de muerte”;

• Ley del 9 de diciembre de 1928: el Gran Consejo del Fascismo se convierte, desde el vértice jerárquico del partido, en órgano del Estado;

• Según las leyes de seguridad pública del 6 de mayo de 1926: se restablece el confinamiento de la policía, dirigida en particular, a los opositores políticos del Fascismo. 

De esta manera se deduce que:

• Una ideología oficial marcada por una filosofía absolutista que permite la identificación del individuo con el Estado y la subordinación del individuo al Estado en todos los aspectos de la vida - por lo que se legitima la represión contra cualquier oposición-;

• El fascismo buscó dominar los medios masivos de comunicación, puesto que con el control de los periódicos, la radio y el noticiero cinematográfico tendría en sus manos "el arma de mayor alcance" para llegar al pueblo italiano y hacerles entender su visión de país; y de esta forma ayudar a la transmutación fascista de la sociedad italiana.  Así pues, el Duce creo el monopolio estatal de todos los medios de comunicación existentes en la época en la península itálica, haciendo incluso uso de la censura previa en otros medios de comunicación masiva: las obras de teatro, películas, letras de música de moda e historietas.  En 1939 realizó incluso censura previa también en comedias musicales de teatro.

• Una característica totalitaria del régimen fue el uso constante de la violencia y la represión, así como el constante llamado al odio, el desprecio y la denigración, hacia los partidos y movimientos antifascistas o antinacionales: comunistas, neutralistas, bolcheviques, pacifistas, demócratas e incluso hacia los judíos. 

• El fascismo, se caracterizó por la presencia de un sólo partido que llena a la sociedad en todos sus aspectos, a través de una propaganda incisiva y dirigida a imponer la voluntad del partido único a cada individuo, y mediante el uso de las fuerzas policiales y militares.  


Entre los principios fascistas, se encuentran: 


• La socialización de las fábricas. 

• El antisemitismo, - se les declaró caduca la ciudadanía italiana a los judíos-. 

• El Ejército Nacional Republicano estaba formado por grupos de voluntarios, y por un gran número de reclutas.


El reclutamiento condujo al exilio autoimpuesto de muchos jóvenes que no respondieron al llamado a las armas o abandonaron las unidades recién alcanzadas.  Algunos de ellos se guarecieron en Suiza, otros con menos suerte habrían terminado en pandillas de delincuentes. 

Mussolini estuvo inicialmente a favor de un ejército de voluntarios y fue reclutando entre los soldados italianos en Alemania.  Pese a esto, ésta ala del ejército itálico nunca gozó de la confianza de los comandantes alemanes, ni de Hitler.  

A pesar de toda la presión del gobierno republicano, estas tropas se utilizaron principalmente para contrarrestar el creciente movimiento de resistencia que se estaba desarrollando en las regiones de Italia, ocupado por el ejército alemán.

Racismo y antisemitismo

A finales de la década del ‘30, el fascismo comenzó a apoyar el racismo y el antisemismo, siguiendo los ideales de Hitler en Alemania.  En el otoño de 1938, en el marco de una gran acción racista ya tiempo atrás, el gobierno de Mussolini promulgó la "legislación antijudía sobre bienes y trabajo", es decir, el despojo de los bienes muebles e inmuebles de los judíos que residían en Italia.  

Posteriormente, el accionar discriminatorio del estado se extendió a los ciudadanos italianos y libios de la religión israelita, con una eliminación progresiva de la mayoría de ellos de la vida pública italiana, así como la reclusión en varios campos de concentración fascistas.

En 1938, Benito Mussolini expuso sus pensamientos sobre la cuestión racial de esta manera:

"Este principio racista introducido por primera vez en la historia del pueblo italiano tiene una importancia incalculable, porque aquí también enfrentamos un complejo de inferioridad.  Aquí también nos convencimos a nosotros mismos de que no éramos un pueblo, sino una mezcla de razas; pero en sí hay dos razas puramente itálicas: la del valle del Po y la del sur".  

“Debemos recordar que no somos semitas, que no somos mongoles y luego, si no somos una de estas razas, evidentemente somos arios y venimos de los Alpes desde el norte.  Así que somos puros arios mediterráneos...” 

(Benito Mussolini, 

"Todos los discursos”, 1938)

Mussolini, con respecto a la aparición de la cuestión judía para con el fascismo, se refirió al tema de la siguiente manera:

"El problema general surge en estas líneas: que el judío es el pueblo más racial del universo.  Es maravilloso cómo permanecen puros a lo largo de los siglos, ya que la religión coincide con la raza... No hay duda de que los judíos del mundo estaban en contra del fascismo; no hay duda de que durante las sanciones, todas las maniobras fueron rastreadas por los judíos; no hay duda de que en 1924 los manifiestos antifascistas estaban llenos de nombres de judíos... Y para todos aquellos que tienen un corazón dulce, demasiado dulce, y que se conmueven, es necesario preguntar: " ¿Caballeros, cuál habría sido el destino de 70,000 Cristianos en una tribu de 44 millones de judíos?”

(Benito Mussolini, 

"Todos los discursos, año 1938")

El racismo fascista intento distinguirse del nazi, y en él coexistieron la convicción de racismo biológico y racismo espiritual.  Tuvo el apoyo de algunos círculos católicos, aunque no del Vaticano,- oficialmente no hay pruebas de ello-.  A su vez, no hay registros de ningún documento prueba de la presión oficial y directa del nazismo alemán durante la génesis de las medidas raciales.
















Capítulo VII

La Muerte de Benito Mussolini

El 25 de julio de 1943, por iniciativa de los importantes jerarcas itálicos: Grandi, Bottai y Ciano, con el apoyo del Rey, se produjo una famosa agenda presentada al Gran Consejo del Fascismo con la que se pidió al Rey que recuperara el poder; y se detuvo a Benito Mussolini.  Este repentino colapso del fascismo se dispersó entre el júbilo de gran parte de la población italiana, -cansada del régimen y de la guerra -, que esperaba poder terminar pronto.  

Con la invasión Aliada de Sicilia se produjo el arresto de Mussolini, en 1943.   Ese mismo año, el Duce fue rescatado de la prisión de Gran Sasso por fuerzas especiales alemanas.  Hitler le dio el liderazgo de la República Social Italiana, instalada en el norte de Italia, en la ciudad de Salo.  Pese a esto, el Duce estaba amenazado no sólo por los Aliados, que avanzaban desde el sur de Italia, sino también por grupos de ciudadanos italianos antifascistas.  

De esta manera se dió el paso a la ilegalidad: al Partido Fascista. 

Los Aliados tomaron Roma y después Florencia.  Para el verano de 1944, la República Social Italiana ya no podía sostenerse; por lo que Mussolini se refugió en Milán.  Para abril del mismo año, el “Comitato di Liberazione Nazionale Alta Italia”,- C. L. N. A. I.-, brazo de la “Resistencia Italiana o Partisana,- un grupo guerrillero armado y levantado en contra del régimen Fascista y pro democrático-, realizó un levantamiento general en las ciudades del norte de la península.  A todo esto las fuerzas nazis se retiraban de Italia, y el C. L. N. A. I.- tomó el control de Milán.  

Benito Mussolini buscó escapar a Suiza, el 25 de abril.  Pese a ello, dos días después su convoy fue interceptado por los antifascistas italianos.  El Duce viajaba junto a su amante Claretta Petacci y otros líderes fascistas.  Los agentes del C. L. N. A. I.- arrestaron a todos y los llevaron a Dongo, en Lombardía.  A todo esto, Sandro Pertini, líder socialista del norte de Italia, anunció la captura por radio.  

Tres días después de su captura por parte del C. L. N. A. I.- se produjo su asesinato: el 28 de abril de 1945.  Su cadáver fue sometido a todo tipo de ultrajes indignos para ser humano alguno; ni para un estadista de su talla.

 

  Aún no se sabe quién dió la orden de asesinar al Duce, sin juicio previo, que así lo dictaminase.  Esa mañana del 28 de abril, los cuerpos de Benito Mussolini y el de su amada Claretta Petacci fueron cargados en un camión y transportados nuevamente a Milán.  Llegaron al día siguiente.  Los agentes del C. L. N. A. I.- los tiraron en el piso de la Piazzale Loreto, como carne para perros; y a las 9 de la mañana, comenzó a acercarse gente al lugar.  El cuerpo del Duce fue brutalmente apedreado, orinado, y pateado.  También le dispararon.  Su cara quedó totalmente desfigurada.  Después de la golpiza, Mussolini fue colgado de los pies, con un gancho de metal, del techo de una estación de servicio cerca de la plaza.

El hecho fue registrado fílmica y fotográficamente.  

Este escrito comenzó a partir de que muchas veces fui tildado de “fachista” por no coincidir con la ideología hegemónica en la argentina de los últimos años. Como no desciendo de italianos, ni nos enseñaron sobre el fascismo en la escuela solo lo ví muy escuetamente en la facultad, decidí investigar sobre el régimen fascista del Duce Benito Mussolini, para ilustrarme sobre el tema. 

La República Social Italiana

  

La República Social Italiana se fundó ideológicamente con el Congreso de Verona, en donde algunos miembros del partido fascista se reunieron para recrear el partido proscrito después del 26 de julio de 1943.  El Congreso de Verona: 


• Solicitó la instauración de un tribunal extraordinario especial para juzgar a los jerarcas que el 25 de julio se habían puesto del lado de Mussolini.

• Aprobó un manifiesto programático que describía la estructura del nuevo estado. 

• Proclamó el nacimiento de la República Social y dispuso la convocatoria de una Asamblea Constituyente, reafirmando la alianza con la Alemania nazi. 

 

La república se fundó sobre los principios de la Carta de Verona y reafirmó los principios del fascismo temprano, estos basamentos duraron en Italia, veinte años: contando desde la caída del régimen fascista. 

  













Epílogo


El asesinato y posterior ultraje de Benito Mussolini fue un horror, toda persona tiene derecho a tener un juicio justo. Mussolini no era un Santo, pero fue despreciado, por lo bajo, por franceses, ingleses y alemanes.  Italia era vista como el basurero de Europa o el patio trasero, él buscaba alianzas e intentaba sobrevivir; apoyó al campo, había dos sindicatos: el de los trabajadores y el de los empleadores, listo: no hay burocracia, ni corrupción, ni robo sindical, claro: su partido “supervisaba todo”, pero ¿podemos decir que en nuestros regímenes no  supervisan bastante a los “ciudadanos” (y más si son “opositores”)?; apoyó las milicias para defender a su tierra, intentó coordinar con Churchil en secreto: necesitaba un salvo conducto; intentó seguir a Hitler, estaba en contra del comunismo es cierto, pero ¿el liberalismo democrático también está en contra del comunismo o no?, si el pueblo judío era y fue perseguido en muchas culturas es cierto y repudiable.  La humanidad siempre se ha encargado de poner como carne de cañon a gente inocente, como “chivos expiatorios”, está en el seno naciente de nuestra cultura, cuando en antiguas civilizaciones se ofrecían a los dioses  adolescentes vírgenes por ejemplo, o cuando los bikingos ofrecían a alguien valioso para ellos, sacrificándolo (asesinándolo) para sus dioses.  Desde que el mundo es mundo están los ganadores y los perdedores, y si “la historia la escriben los que ganan, eso quiere decir que hay otra historia” como diría el poeta, podemos decir que las bases de la democracia capitalista que vivimos ¿está manejada por los “buenos”? ¿qué regímen político/ social/ puede decirse que es lo más justo posible?; seguramente podríamos decir: los regímenes nórdicos, donde hay democracias controladas, socialistas; pero los diputados ganan como un docente con experiencia, donde no hay pobres, donde hay eutanasia, donde a los 70 y si vos querés: podés tomar una pastillita para morirte: es tu libre elección, eso sí es respetar “la libertad individual”, vos elegís luego de determinada edad o enfermedad incurable -y donde la vida se hace insostenible- a morir; donde hay subsidios laborales para gente que realmente los necesita, donde hay drogas que son legales, es decir que si vos: adulto decidís drogarte de forma recreativa: lo podés hacer, obviamente te asesoran las dosis, y todo tiene su precio, o el acceso a las drogas de uso medicinal y de fabricación o cosecha local; pero no te venden de forma ilegal: mierda; donde el frío atraviesa los montes, donde en alguna ciudad los trenes son gratuitos.  Países como Holanda, Noruega, Bélgica, Suecia, Dinamarca, Suiza, entre otros, donde la mayor parte de las mentes humanas han logrado tener “sentido común” en pro del bien común.  Pero sí claro: muchos de esos pueblos tuvieron ancestros bikingos, pese a ello: fueron evolucionando, fueron: Aprendiendo. 


Fin

Córdoba, 1 de marzo de 2020

Lic. Prof. E. Ariel Rodríguez                                 

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