Ramón Antonio Esteban Gómez de Valdés y Castillo, famoso como Ramón Valdés fue un gran actor y humorista mexicano. Quien trabajara con los tres más grandes comediantes que dio México: Pedro Infante, Mario Moreno “Cantinflas” y Roberto Gómez Bolaños “Chespirito”.
Nacido en el Distrito Federal de México, el 2 de septiembre de 1923. Sus padres fueron Rafael Gómez Valdés Angellini, -de oficio agente de aduanas- e hijo de madre italo americana, y Guadalupe Castillo, -ama de casa-. Todos los hijos del matrimonio tenían su propio apodo: Germán (Tin Tán), Rafael (el Chapo), Pedro, Guadalupe, Angela, Manuel (el Loco), Cristóbal, Antonio “Ratón” y Armando y siguiendo la costumbre de familia, Ramón fue conocido como "Moncho".
Cuando Ramón con apenas dos años de edad, su familia se fue a vivir a Ciudad Juárez, -en el estado de Chihuahua-. Allí, sus hermanos Germán Valdés Tin Tán, Manuel "El Loco" Valdés y Antonio Ratón comenzarían sus primeros pasos en el arte de la actuación.
Ramón se casó tres veces, y tuvo 10 hijos.
Ramón Valdés actuó en más de 50 filmes, junto a su hermano Tin Tan -en gran parte de ellos-. Esa era la época de Oro del Cine Mexicano, - los años cuarenta y cincuenta-, pese a ello, esto no benefició mucho a su trascendencia como actor.
Más allá del cine, Ramón siempre se supo ganar el sustento económico realizando oficios varios, simples como los que realizaría su entrañable personaje “Don Ramón”.
El guionista y actor Roberto Gómez Bolaños “Chespirito”, se hallaba armando el elenco para un nuevo programa de televisión de su invención. Como era admirador de Valdés, lo llamó para que se integrara al elenco.
Así fue como en 1968 Ramón comienza a trabajar en la serie “Los supergenios de la Mesa Cuadrada”, junto con Rubén Aguirre y María Antonieta de las Nieves. Ya en 1972 ese programa cambia de nombre y estructura interna, y pasa a llamarse “Chespirito”, aunque esta primera época duró tan solo un año.
Paralelamente, en 1971, Ramón Valdés, ya amigo de "Chespirito", pasó a formar parte de la comedia televisiva El Chavo del Ocho, dirigida por el mismo Gómez Bolaños y Enrique Segoviano, en donde encarnó el papel de que lo inmortalizaría: Don Ramón. Este era hombre viudo, con una traviesa hija, “La chilindrina”, (interpretada por María Antonieta de las Nieves), que vivían en una vecindad perteneciente al señor Zenón Barriga.
Su entrañable personaje “Don Ramón” se caracterizó por su pereza, vagancia, mal humor y estridente manera de ser. Pero en especial por su clásica confrontación con el señor Barriga,- a quien le adeudaba 14 meses de renta- y con Doña Florinda, -quien le brindaba bofetadas, la mayoría de las veces sin justificación alguna-, sin olvidarnos de una vecina enamorada de él -Doña Clotilde “La Bruja del 71”, interpretada por la gran actriz, Angelines Fernández. Pese a todo esto en el fondo era un personaje de gran corazón y ternura.
Gómez Bolaños le ofreció el personaje pensando que era el actor ideal para darle vida a Don Ramón, ya que la idea originaria de Chespirito era que Valdés hiciera de sí mismo, tal como obraba en su diario vivir, salvo algunos clichés surgidos de la mente de Gómez Bolaños.
Con la popularidad que alcanzó en toda Latinoamérica, -Brasil inclusive-, Valdés se afianzó como actor y su fama creció a dimensiones impensadas.
En 1972 Gómez Bolaños lanza El Chapulín Colorado, una parodia de superhéroe torpe y simpático. En ese programa realizó las interpretaciones del "Rasca Buches",- un homenaje al personaje de Western Spaghetti, que hacía en Europa Lee Van Clif-, "Super Sam", "Tripa Seca" "Pirata Alma Negra" y el ladrón de cabotaje "El Peterete" (cuyo compañero de fechorías era "El Chómpiras", interpretado por Chespirito).
Es de destacar que bajo la batuta de Roberto Gómez Bolaños, Ramón Valdés experimentó algo que nunca antes había sentido en su larga trayectoria artística: el reconocimiento y amor del público,- de todas las edades-, y protagonismo que nunca pudo tener junto a su hermano "Tin Tan".
En 1979 decide renunciar a los dos programas de Chespirito. Sobre este hecho trascendental en su carrera, hay muchos rumores y entredichos, los más fidedignos comentan por un lado que, esta separación del staff de Gómez Bolaños, fue producto de desacuerdos surgidos debido al bajo salario que cobraba, mientras otros sostienen que las diferencias personales entre sus compañeros de trabajo se hacían cada vez más fuertes, y esto le dificultaba poder trabajar con la fluidez necesaria.
Por su parte en una entrevista, Esteban Valdés, hijo del actor, expresó que la salida de su padre se debió a que Florinda Meza - pareja de Gómez Bolaños- quería tener el control absoluto sobre el programa; y que esta situación habría causado incomodidad a Ramón, quien prefería recibir órdenes solamente de su amigo Gómez Bolaños, a quien le debía su fama internacional.
Su dimisión siguió a la de Carlos Villagrán “Quico”, realizada a fines de 1978. Para 1979, Valdés solo llegó a filmar 12 episodios del Chavo del Ocho y 10 del Chapulín Colorado, (casi tres meses), y luego se avocó a proyectos personales.
Para 1981, Valdés regresó durante un año con Gómez Bolaños, actuando en el programa Chespirito. Allí volvería a interpretar a Don Ramón en El Chavo, a antiguos y a nuevos personajes en diferentes sketches, excepto el de "Peterete", pero ya no le darían el protagonismo de antes. Pese a todo, su estadía en el programa duró solo de marzo hasta noviembre de ese año.
En 1982, alejado definitivamente de Chespirito, acompañó a Carlos Villagrán en un proyecto propio de éste, en el país sudamericano de Venezuela. En la comedia televisiva Federrico, producida y transmitida por R. C. TV.; allí Valdés actuaría como "Don Moncho". Pero debido a la baja audiencia,- y flojos guiones-, sólo participó en la primera temporada del programa, retornando nuevamente a México.
A Ramón Valdés quienes lo conocieron lo recuerdan como a una persona de carácter fuerte, pero que sabía mantener su lado amable con la gente. Era muy ermitaño, y evitaba ir a actividades o fiestas relacionadas con gente del espectáculo.
Ramón Valdés era un gran fumador de tabaco y al parecer este fue el causante de un cáncer de estómago, que le detectaron a inicios de los ‘80. A mediados de 1985, lo sometieron a una cirugía de estómago, en donde se lo reducieron a la tercera parte; pese a todo la metástasis continuó en su organismo y había agarrado su médula espinal. Los galenos le dieron un duro parte médico: “le pronosticaron 6 meses de vida”, pero él desafiando a los malos presagios, vivió 3 años más. En este tiempo recibió algunas terapias paliativas, para que el dolor no se le hiciera insoportable.
Con el cáncer a cuestas, en 1987 regresó a la televisión nuevamente de la mano de Carlos Villagrán en el programa ¡Ah, qué Kiko! Pero la enfermedad pudo más, por lo que debió abandonar la actuación.
Sus ganas de vivir eran inmensas y aún sabiendo que tenía los días contados, comenzó a realizar giras con su circo por todo México, entreteniendo a los chicos, que sentían amor hacia él.
Perú fue el último país latinoamericano que visitara, allí fue invitado a participar en un espectáculo cómico, pero la reactivación del cáncer truncó esa aparición. En ese país hermano sentiría el empeoramiento de su enfermedad, lo que lo obligaría a retornar a su México natal en 1987.
El cáncer había avanzado a la columna vertebral, expandiéndose a muchos órganos del cuerpo, lo que le provocó que casi no pudiera moverse del tórax hacia abajo.
Sus más allegados de la serie “Chespirito” Angelines Fernández, Carlos Villagrán, Edgar Vivar y Rubén Aguirre, sentirían mucho pesar por su estado de salud. Luego de dos semanas de estar sedado para evitar los dolores, pasó a la inmortalidad estando durmiendo en su cama, en su sencilla casa de Cancún, -México-, el 9 de agosto de 1988 a los 64 años de edad.
Su velatorio fue sencillo, y algunos de sus ex compañeros de “La Vecindad del Chavo”, se apresuraron en terminar sus giras y compromisos para poder acompañar a la familia Valdés, en el funeral.
Sus restos se encuentran en el Mausoleo del Ángel, en el Distrito Federal de México. Y él continúa viviendo en sus grandes actuaciones, que siguen provocando carcajadas hasta la actualidad, en televisión o Internet.
Fuentes: