Etimología del Nombre
Los Comechingones eran dos etnias originarias de la República Argentina, los hênîa -al norte- y los kâmîare, -al sur-, que a la llegada de los españoles en el siglo XVI, habitaban las serranías de las actuales provincias de Córdoba y San Luis. Esta tribu, se hallaba subdividida en aproximadamente una decena de parcialidades.
Existen tres versiones sobre el significado del vocablo Comechingón. Según la etimología de esta palabra procedería de comi “serranía” o “sierra”; chin, “pueblo”; y el sufijo gon, plural de la palabra pueblo: “pueblos de las serranías”. A su vez, la traducción de gon también podría ser “abundancia”, por lo que su significado completo sería: “valle serrano de muchos pueblos”.
Otra versión dice que el término Comechingón significaría: “Vizcacha”, o “Los que viven en las cuevas” y mote puesto por su vecina tribu, los Sanavirones, haciendo referencia al hecho que frecuentemente los comechingones moraban en cuevas.
La tercera versión afirma que comechingón significa “muera-muera” o “matar”. Ya que este habría sido su grito de guerra y les habría quedado como nombre por su reiterado uso.
La cultura comechingona consistía en la industria textil con lanas de guanaco o vicuña, conocían el arte de la cestería, la metalurgia y la cerámica medianamente elaborada.
Eran sedentarios, cazadores y recolectores de chauchas de algarroba, como así de diversos frutos silvestres, tales como: el molle, el piquillín, el chañar y el coco -de la palmera caranday-.
Dentro de la horticultura, cultivaban papa, zapallo, maíz y porotos. Tenían grandes rebaños de llamas y poseían varias pavas de monte, aunque su dieta principal provenía de la caza.
Se cree que los comechingones tenían una religión relacionada con los astros; realizaban ceremonias adorando a la luna. Celebraban los equinoccios y los solsticios, -ceremonias de luna llena- al parece fue considerada una deidad de la fertilidad.
Sus viviendas eran casas de piedra, colectivas y semisubterráneas para de esta manera resistir mejor el frío y las nevadas.
Preferían combatir de noche. Poseían varios centros culturales o santuarios en los cuales se reunían a apreciar de los astros.
Entre sus cerámicas llaman la atención las rudimentarias estatuillas que representan a mujeres y varones, las cuales tienen un aspecto muy estilizado, resaltando su "sexo" y los glúteos.
Las vestimentas de los hênîa-kâmîare evidencian la influencia andina: generalmente vestían poncho, chiripá y ojotas, y en invierno añadían a su ropaje chalecos de lana y prendas de cuero.
Los hombres solían adornarse con pequeñas placas alargadas y chatas de metal (cobre, plata y oro) llamadas "chákiras" que pendían de sus cabelleras. Mientras que las mujeres se perfumaban con el jugo de un fruto al que llamaban suico y su adorno consistía en caracolas pintadas.
Existen tres rasgos destacables de los hênia kamiâre son: Por un lado, su aspecto caucasoide (sus varones eran barbudos ya en la pubertad), sus tallas relativamente elevadas para su época (aproximadamente 1,71 m en los varones). y que alrededor del 10% de ellos poseían ojos verdosos, individuos a quienes llamaban soto.
Por otro lado, en las pictografías del Cerro Colorado –entre otras-, se observan grafismos de individuos montados a caballo y con algo que parecieran ser yelmos. Esto generó una hipótesis antropológica, de un posible un origen (o fuerte influjo), vikingo.
Quienes detractan esta hipótesis se basan en el hecho de que en las pictografías aparecen grafismos, en los cuales se explicaría la presencia de personajes ecuestres con la sencilla razón de que, en tales pictografías los comechingones estaban representando la irrupción de los españoles en el siglo XVI. Esta visión solo pone en eje de discusión las pictografías de hombres a caballo, quienes sustentan esta hipótesis, no tienen como refutar el porque de los rasgos arriba mencionados de los hênia kamiâre.
Según los estudios realizados, este pueblo posee una fuerte influencia de los huarpes, aunque a lo largo de los milenios, influyeron también estirpes de indígenas pampas, andinas e incluso amazónidas.
Casi con certeza la llamada Cultura Ongamira surgida hacia el 4600 a. C. es precedente directo de la cultura comechingón, aunque recién se puede hablar de una cultura comechingón en el período que va del 500 al 1600 d. C. Tras el año 1600 corresponde hablar de una cultura "comechingón"-española.
La última comunidad hênia - kamiâre de linajes reconocidos fue la de Tulián o Tolian existente hasta mediados del s XIX en la zona de San Marcos Sierra, luego fusionada totalmente con los descendientes de europeos.
La Lucha por el Territorio
Olayón fue el principal cacique comechingón en defender sus tierras ante el avance español. Trascendió por su bravura y coraje. Habitaba la zona de la actual ciudad de Cruz del Eje, (Córdoba), por el 1590-1620. Murió en combate, luchando contra los españoles, en un duelo inigualable contra el capitán Tristán de Allende, a quien logró dar muerte.
Según la “Encuesta Complementaria de Pueblos Indígenas” (ECPI) 2004-2005, se reconocen y/o descienden en primera generación del pueblo comechingón 5.119 cordobeses; de los cuales ninguno reside en comunidades indígenas. En todo el país se autorreconocieron 10.863 comechingones, ninguno viviendo en comunidades.
En el último Censo Nacional realizado el 27 de octubre de 2010, quienes se autorreconocieron como descendientes de comechingones, ascendiendo a un total a 34.546 personas.
A fines del S. XVI, en las sierras de Córdoba se hablaban más de ocho o nueve lenguas diferentes; y el dominio español, obligó a todos los indígenas argentinos a hablar en quechua; -buscando una lengua comodín, amen del castellano-. Esto dio como resultado que el o los idiomas originarios de los hênîa-kâmîare se haya olvidado en su totalidad, desde el siglo XVII.
La impronta que tenemos los cordobeses al hablar, es decir, nuestra tonada, es pura herencia "comechingona". Este simpático «cantito» al hablar, se caracteriza por la extensión como canturreada de las vocales. Nuestra tonada, "cantito" o curva tonal se puede ejemplificar a nivel fonológico de la siguiente manera: Si un hablante de Castilla, (España) pronuncia la palabra "bonito" la cual se desglosa en 3 sílabas: [bo-ni -to], un hablante con curva tonal cordobesa (de la Córdoba de la Nueva Andalucía), emite la misma palabra en cuatro sílabas del siguiente modo: [bo-o-ni- to].
E. Ariel Rodríguez
Fuentes:
http://www.redcalamuchita.com.ar/comechingones
Wikipedia .org
http://www.censo2010.indec.gov.ar/archivos/censo2010_tomo1.pdf
http://comechingonesdelpueblodelatoma.blogspot.com.ar/
Bischoff, Efraín U.; Córdoba, Nuestra Historia; Ed. Keegan; Cba.; 2.000.
AAVV., Diccionario Enciclopédico Planeta; España 1999.