El éxito obtenido en nuestra misión vital, no se mide según el grado de reconocimiento social que esta obtuviera. Puesto que si bien hay grandes hombres que vinieron a dejar un importante mensaje a la humanidad; muchas veces la sociedad desvirtuó ese “mensaje originario”, alejándose del camino marcado por su maestro.
También es cierto que en toda empresa u obra, no todo lo emprendido es faraónico, muchas veces hay personas que vienen a cambiar –para bien- el lugar en donde trabajan, viven, etc. y minimalistamente hablando, ayudan con su opción vital –directa o indirectamente- a muchas personas.
Y aunque su nombre no figure en las enciclopedias, su misión vital es tan noble e importante como la del “Nobel de la Paz”, (por poner un ejemplo).
Bueno sería que al menos nuestra misión vital sirva de ejemplo a una persona – por lo menos-, sea esta contemporánea a nosotros, o que ella lea de nosotros cuando ya no estemos en este plano.
Ariel R.
EL Mejor Regalo
En esta sociedad que es una jungla de cemento, en la que la mayoría vive alienado, a mil por horas o a la defensiva; solemos revestirnos con una coraza para que no nos dañen. Y así como modernos caballeros medievales, vamos por el mundo mostrando una imagen que pocas veces coincide con lo que somos en nuestro fuero interior.
¿Cuánto tiempo de nuestras vidas compartimos con personas de las que solo conocemos una faceta? Mucho no!.Encima rotulamos su manera de ser, de obrar…como hacen con nosotros.
Sin darnos cuenta solemos entrar en círculos viciosos que nos mantienen en la rutinaria superficie y nos alejan de nuestro ser.
…
Qué bueno sería, -y es-, que con aquellas personas que valoramos y que nos valoran nos sentáramos a dialogar sanamente sin armaduras, mostrándonos mutuamente como somos, dejando de lado rivalidades, menudencias y alienación; para dejar que obre sólo el amor. Sí, esa energía que mana de las almas e inunda el ambiente de un cariz especial. Ese sería el mejor regalo que puede hacérsele a alguien. Y luego que ambas partes cuiden el lazo.-
Lic. Prof. E. Ariel Rodríguez