¿Quién Fue La Difunta Correa?

 

Es una Santa popular de Argentina, por la que muchos argentinos sienten fervorosa devoción.  Posee un santuario en la localidad de Vallecito, sobre la ruta nacional 141, en la provincia argentina de San Juan, el cual es muy visitado en señal de agradecimiento por la ayuda que ella les dio.

Hay muchas versiones sobre su vida.  Aunando criterios, podemos decir que Deolinda Antonia Correa estaba casada con Clemente Bustos, quien fuera reclutado forzosamente allá por 1840, durante la época de las guerras civiles.

Juntos vivían en el departamento de Angaco, (en la provincia de San Juan), donde también habitaban todos sus familiares cercanos.

El grupo revolucionario llamado “Montoneros”,- liderados por Felipe Varela-, iba rumbo a La Rioja y obligaron al marido de Deolinda,- contra su voluntad-, a unirse a las tropas.  Esto produjo un estado de shock en Deolinda, la que llena de angustia por la triste suerte de su marido, decidiera ir tras él.  Como si fuera poco, tuvo a la vez que huir de los acosos sexuales que le realizaba el comisario del pueblo.

Ansiosa de estar junto a su amado Clemente, en La Rioja, alzó a su hijo lactante y siguió las huellas de los Montoneros, por el desierto Sanjuanino, llevando consigo sólo escasas provisiones de pan, charqui y agua.

La situación  se puso difícil, cuando se le acabó el agua en pleno desierto.  Deolinda, se “vio venir la noche”, y estrechó a su bebito contra su pecho y buscó cobijó bajo la sombra de un algarrobo.  Pasaron las horas, y allí murió a causa de la sed, el hambre y el cansancio.  

Al día siguiente, pasaron por el lugar unos arrieros y encontraron el cuerpo sin vida de Deolinda, pero con una particularidad supraterrenal: su hijito seguía vivo amamantándose de los pechos de su difunta madre, de los cuales, milagrosamente aún emanaban leche.  Los arrieros la enterraron en el paraje conocido hoy como Vallecito y se llevaron consigo al niño.

Al difundirse su historia, muchos paisanos del lugar comenzaron a peregrinar a su tumba, lugar en el cual, con el paso del tiempo se realizó un oratorio devenido en santuario.  La primera capilla de adobe en dicho lugar, fue construida por un arriero que viajaba a Chile,- un tal Zeballos-, quien sufriera la dispersión de todo su ganado.  Cuentan que él tras encomendarse a Deolinda Correa, pudo reunir de nuevo a todos los animales.

Hoy en día es común que sus devotos dejen en sus santuarios botellas con agua, pensando que "la Difunta toma de esa agua".

Hay muchos casos o testimonios que confirman que Deolinda Correa hace milagros e intercede por aquellos de alma pura que le piden socorro.  

A partir de la década de 1940, en torno a su santuario en Vallecito, se enlazó un pueblo en el cual hay muchas capillas en su honor, (17 hasta 2005), repletas de ofrendas.

La devoción por Deolinda Correa se extendió por toda la Argentina, pero más fervorosamente en las provincias de Chubut y Santa Cruz, producto de la oleada de familias del norte atraídas por el auge de la industria petrolera.

Las visitas al Oratorio de la Difunta Correa, -en el cual se hallan sus restos mortales-,  se producen a lo largo de todo el año.   Aunque para la Cabalgata de Fe en su honor, que se realiza anualmente entre abril y mayo, llegan a reunir hasta a trescientas mil personas; en promedio.  Anualmente, peregrinan al santuario de la "Difunta Correa" en Vallecito 1.000.000 personas.


Fuentes:

 

www.visitedifuntacorrea.com.ar/

http://www.cuco.com.ar/difunta_correa.htm

http://www.difuntoscorrea.cl/

http://web.archive.org/web/http://milagros.ulartistamps.com.ar

http://www.turismol.com/cabalgata-a-la-difunta-correa/

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