Cba., 1º de octubre de 2010
Necesitaríamos una Ley Antimonopolio con todas las letras, pluralista, que abarque a todas las áreas de la producción, distribución y comercialización de bienes o servicios, y no que este tema sea tocado exclusivamente y parcialmente por la Ley 26.522, de Servicios de Comunicación Audiovisual.
Pero... ¿Qué es un monopolio?... Eduardo García Gaspar[1] (2004) sostiene que: “…un monopolio es la existencia de un solo proveedor de un bien o servicio”. Aunque no es lo mismo tener el monopolio de lápices de madera, que el de vacunas contra la gripe A 1 H 1, puesto que si el precio del lápiz de madera aumenta a un precio irrisorio, puedo sustituirlo tranquilamente por un lápiz mina; mientras que si quiero prevenirme del contagio de la gripe, o compro esa vacuna o nada.
De lo que deducimos que el poder del mismo variará de lo insustituible que sea un bien o servicio en el mercado.
Es importante aclarar que para que exista un monopolio es necesario la venia del estado, como lo es en el servicio de agua de red, o de gas natural; por el sencillo hecho que sería algo inviable la existencia de diversos proveedores de dichos servicios.
La pluralidad tanto en el libre mercado como en la información, es un eje central, básico como la libertad de prensa... como la libre opción... nótese que dije libertad y no libertinaje... Por lo que un estado democrático que se considere tal – en sus tres poderes – debe, acorde a las funciones que les compete, regular y controlar todo lo concerniente a los derechos del pueblo en relación a la “cosa pública” (res – pública, en latín)... claro está, que para que esto suceda no se debe hacer un uso y abuso de poder, en torno al delirio de grandeza de alguien que se olvidó que fue elegido por el pueblo para gobernar en representación de este, (basándose en las carencias e intereses de este... y no en propios delirios de poder).
¿De qué sirve una Ley de Medios generada por un proyecto armado por las bases – durante mucho tiempo – si luego es prostituido de manera irrisoria incorporándole el factor “dedócrata” de la titular del poder ejecutivo (de turno), en la asignación de quienes dirigirán los cinco entes que de una u otra manera tendrán el poder comunicacional argentino en sus manos?
¿De qué sirvieron los legisladores nacionales, si se dedicaron a ser una marioneta K, a la hora de votar, olvidándose del pueblo a quien representan?... ¿Con cuántos dólares se compra la dignidad de un legislador corrupto?
Ley anti Clarín... pero ¿No fue Néstor Kirchner quien les prorrogó la licencia de canal 13?... ¡Cuánta incoherencia junta!
Analicemos un poco, es lógico pensar que no es sano para la “objetividad periodística” que 5 de 7 de los diarios de mayor tirada en el país pertenezcan al mismo dueño... (y creo que me quedé corto).
Tiene que haber un marco que regule todo esto, como también el exorbitante crecimiento que en los últimos quince años tuvo la más grande empresa de golosinas y comestibles varios de Arroyito, o la empresa polirrubro que lleva como logotipo una “U”... guarda, no tengo nada personal contra estas dos corporaciones, - ni contra la señora de Noble - sino que me parece que al ir absorbiendo varias marcas de toda la vida, en medio un vacío legal se han convertido en dos gigantes que no dejan lugar de sana competencia en el mercado para pyme alguna, puesto que son muy pocas las empresas familiares puede contar con los recurso necesarios, (tecnología y capital) para competir de igual manera en el mercado.
Y en esta pelea entre David y Goliat, quien pierde es el consumidor, que al ir (por ejemplo) a la góndola de las mermeladas de un supermercado la encuentra repleta de productos de diferentes marcas “de forma”, puesto que todas ellas pertenecen al mismo grupo empresarial.-
Lic. E. Ariel Rodríguez Goberna
Comunicador Social
Docente de Medios, Semiótica,
Etica y Literatura
[1] Eduardo García Gaspar, periodista mexicano, escritor y profesor universitario. En 2005 inició su sitio web www.contrapeso.info. Es autor de los libros El Laberinto de la Publicidad (1984), de La Espiral Autoritaria (1985), y de Los Asombrosos 40 Años (1995).
Pedro Ramirez (jueves, 02 diciembre 2010 09:38)
esta muy buena la nota. es importante respetar la diversidad de opiniones. ojalá tengamos esa madurez cívica que tanto nos hace falta para ser un país en serio. excelente"
carlos facundo romero (viernes, 12 noviembre 2010 12:31)
Estimado Ari, es cierto, siempre el gran perjudicado es el consumidor, pero tambien es cierto que tenemos que reflexionar acerca de todo lo que nos pasa y aprender de una vez por todas a valorar la fuerza de nuestro voto para lograr el cambio necesario.saludos
ferines (jueves, 11 noviembre 2010 07:58)
Me parece muy interesante la nota, ya que muestra una tercera perspectiva, ni a favor del Monopolio en los medios, ni a favor de la ley de corte presidencialista, ya que la burocracia que plantea la ley deja entrever que podría darse una influencia un tanto excesiva por parte del Estado. Todavía Falta conseguir el equilibrio.